Milo era un remolino de emociones, no esperaba
que fuera tan fácil hacer que Dafne se quedara, ni siquiera se había esforzado
la mitad de lo que había tenido que esforzarse con Shoko. Pero por otra parte,
por que no aceptar que no siempre debe ser difícil obtener lo que se quiere,
¿Quería a Dafne?, no, no la quería solo la deseaba por parecerse a su amado
Camus, pero, ¿Que tenia eso de malo?, ¿Acaso no merecía tener al menos un
efímero instante cercano a la felicidad?. Dudo un momento sobre lo que pensaba
hacer pero al final se decidió.
Dafne se encontraba sentada en el borde de la
tina y abrió la llave del agua caliente para que la tina se llenara en lo que
ella se iba quitando una a una sus sucias prendas de entrenamiento y dejándolas
en un rincón del lugar. Solo se había quedado con ropa interior.
Milo llamo a la puerta pidiendo permiso para
entrar, entonces Dafne se apresuro a tomar una de las batas que se encontraban
colgadas en un perchero en la pared, se la puso y enseguida le abrió la puerta.
-Recordé que había comprado algunas Bath Bombs
además te traje algunas fresas cubiertas con chocolate, y esta botella de
champagne- dijo mientras acomodaba todo para que quedara al alcance cuando
estuvieran dentro de la tina.
-Gracias Milo pero no entiendo por que me
traes todo esto- dijo confundida
Milo pensó rápido en una respuesta que no
delatara sus mas que notorias intenciones – Pues por que me porte muy mal
contigo en el entrenamiento y quiero compensártelo-
-Milo, yo, no se que decir-
-No digas nada- dijo acercándose a Dafne y
acariciando su mejilla. Notando como ella cerraba los ojos y soltaba un leve
suspiro. Supo entonces que ya la tenía ò eso pensó hasta que la Santia se alejo
de el.
-Lo siento Milo pero no quiero ser un nombre
más en tu lista- respondió Dafne recogiendo su ropa y encaminándose a la
puerta.
De nueva cuenta la mente de Milo dejo de ver a
Dafne y en su lugar vio a Camus alejándose, dándole la espalda.
-Al menos escucha lo que quiero decirte- dijo
alcanzando a evitar que Dafne saliera del baño. Y en ese instante lo había
decidido, haría lo que fuera necesario para tenerla.
- Estoy enamorado de ti-
Aquella frase la dejo sin habla, por una parte
desde que conoció a Milo había fantaseado con que el se enamorara de ella, pero
conocía bien la reputación de Milo, por lo que se le dificultaba el creerle.
-¿no me dirás nada?- dijo Milo agachándose
para poder ver a Dafne a los ojos.
Entonces cuando ya creía todo perdido Dafne lo
beso y el no dudo en corresponder el beso al cual le siguieron varios mas.
-Daf se te va a enfriar tu baño- dijo Milo
dando un beso en la mejilla a Dafne.
-Quédate- pidió la Santia tomando la mano de
Milo.
-Esta bien, pero solo si me dejas escoger que
Bath Bombs vamos a usar-
-De acuerdo- respondió Dafne y enseguida se
quito la bata dejando ver su ropa interior, que esta vez usaría como traje de
baño. Era un conjunto deportivo, sin encaje, ni adornos, de color negro liso.
Milo arrojo todas las bath bombs al agua por
lo que a pesar de lo grande de la tina la espuma cubría toda la superficie.
Dafne se emociono al ver la tina llena de
espuma rosita, mezclada con pétalos de flores y diamantinas. Por lo que no dudo
un instante en meterse y comenzar a jugar con la espuma. Mientras Milo terminaba
de quitarse la ropa quedándose solo con una prenda.
Ambos jugaban con la espuma y disfrutaban del
sutil aroma que desprendían los pétalos en el agua. La espuma poco a poco fue
desapareciendo en el agua quedando solo los pétalos flotando, Milo y Dafne
disfrutaban ya de las fresas con chocolate y el champagne.
Dafne se sentía feliz tanto que deseaba que
ese momento fuera para siempre, quería pasar el resto de su vida en esa tina
con Milo a su lado, comiendo fresas con chocolate y besándose. Pero algo dentro
de ella le decía que su felicidad era lo mas efímero que podía existir, pero
ella decidió ignorar tal sensación y se dedico a disfrutar de lo que tenia en
ese momento.

No hay comentarios:
Publicar un comentario